domingo, 24 de junio de 2007

Adiós

Y al callar, una lágrima se deslizó por su mejilla.

Por primera vez no había música detrás, sólo un murmullo desenfocado y recortado por una sucia lente angular.

El minutero se apea del reloj,
el aire se vicia de levedad,
hasta las tazas de café dejan de humear...
... para prestarnos atención.

Y bien, “¿qué podría yo decirte que no sepas ya?: nacimos contra el muro”

Sólo queda reírnos de la muerte y esperar a que algún día cobremos lo que la vida, por desidia, nos dejó a deber.
Acallar las manos, los dedos…
Acallar los acordes que acompañan las noches de hirviente inspiración
Acallar los deseos de dar vida a la estación, a los pasillos y a las persianas...

...a la tarde, a las calles y al salón.


Si, sólo queda levantarnos, pagar y decirnos adiós.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

me asombra usted

Anónimo dijo...

....dejaré de ser anónimo para ser nónima porque veo que hay competencia....

....cada despedida deja tras de sí un río de palabras nunca dichas.....

Anónimo dijo...

Me han entrado ganas de frotarme.

Pedro dijo...

... pues yo me he hecho una pajilla...

Pedro dijo...

por cierto... por si lo encuentras útil: quita la hora de mongolia y pon la de la región horaria en la que resides, a no ser que quieras que tus compatriotas te lean en la hora en la que viven ellos.