Me resulta imposible dedicar ni siquiera una palabra a lo vivido estos días. Supongo que es algo que ahí queda, que nos acompañará hasta que la muerte
( o la demencia senil ) nos separe...
...grabado en la memoria de un tullido y en la de un perro mongol.
Gracias Pere.


1 comentario:
El tullido asoma su renqueante cuerpo
a base de explosiones anales y vómitos vietnamitas para dejar clara una cosa: Gracias a ti, Javi.
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