sábado, 30 de junio de 2007
domingo, 24 de junio de 2007
Adiós
Por primera vez no había música detrás, sólo un murmullo desenfocado y recortado por una sucia lente angular.
El minutero se apea del reloj,
el aire se vicia de levedad,
hasta las tazas de café dejan de humear...
... para prestarnos atención.
Y bien, “¿qué podría yo decirte que no sepas ya?: nacimos contra el muro”
Sólo queda reírnos de la muerte y esperar a que algún día cobremos lo que la vida, por desidia, nos dejó a deber.
Acallar las manos, los dedos…
Acallar los acordes que acompañan las noches de hirviente inspiración
Acallar los deseos de dar vida a la estación, a los pasillos y a las persianas...
...a la tarde, a las calles y al salón.
Si, sólo queda levantarnos, pagar y decirnos adiós.
jueves, 21 de junio de 2007
Carta a mis admiradores
Os amo.
Y para los freaks de los Foo y de los Guns dejo este video que se ha currado algún desfaenao para colgarlo en youtube:
¿¿ Sweet Child Like These ?? ...se sale
Corazón Lynch
El agente Chester Desmond tocando desde
miércoles, 20 de junio de 2007
Palíndromos enamorados

“Es bueno que las vidas tengan varios círculos, pero la mía, mi vida, sólo ha dado la vuelta una vez, y no del todo; falta lo más importante. He escrito tantas veces su nombre dentro… y aquí, ahora mismo, no puedo cerrar nada. Estoy solo” (Otto).
“Voy a quedarme aquí todo el tiempo que haga falta. Estoy esperando la casualidad de mi vida, la más grande, y eso que las he tenido de muchas clases. Sí. Podría contar mi vida uniendo casualidades” (Ana).
Otto y Ana, Ana y Otto…círculos del palíndromo MedeM.
martes, 19 de junio de 2007
Small Time Blues : el recuerdo de un recuerdo
“Siguiendo todo recto, la tercera a la izquierda y luego, cuando vea usted el hipotálamo, aparque donde pueda y abra todas las ventanillas”. Por correo urgente llegaba esta notificación, dando la señal al contestador para que registrase las imágenes y sonidos que, seguidamente, irían apareciendo. Era el comienzo del instante, del “momento compartido”, de lo que más adelante sería un recuerdo…de lo que, a la larga, se ha convertido en el recuerdo de un recuerdo.
lunes, 18 de junio de 2007
Taza de Palosanto
Café en mi taza de Palosanto.
domingo, 17 de junio de 2007
sábado, 16 de junio de 2007
Entretenitiempo
Acaban de dar las tres. Si todo sigue bien, dentro de quince minutos serán las tres y cuarto, pero si algo saliera mal… ¿seguirían siendo las tres y cuarto? Supongo que para obtener una respuesta, aunque sea difusa y razonablemente incierta, debería uno mojarse y ponerse en algún lado de la balanza. La tendencia, supongo, es pensar que el tiempo sigue, el minuto cae junto al conjunto de segundos, y el conjunto de éstos caen a su vez con la primera hora que rompe tras el momento estelar que marcase, si fuese, las tres y cuarto. Pero podría ser otra cosa, podría congelarse el instante y volver a las dos y media, o incluso no congelarse y empezar veinticuatro años atrás, en el momento en el que dos jóvenes ardientes consuman el acto sexual en un sucio motel de Andorra. Podría ser que alguien como yo dejase pasar los preciados segundos en los que va montado pensando en la relatividad de los mismos, en vez de irse a la cocina, prepararse un buen café y masturbarse encima de la encimera, con su cigarrito de después, claro está.
Desde aquí
Pues va a ser que no. A todo el mundo parece ser que le resulta de gran utilidad mi gran colega “D”, siendo para todos símbolo de obediencia y lealtad, pero a mi no me sirve de gran ayuda. Yo intento escucharle, pero es inevitable llevar nuestras superfluas conversaciones más allá de la línea recta comprendida entre el oído derecho y el izquierdo. Es probable que nuestros problemas sean debidos a las tempranas horas en las que nos citamos, horas en las que mi cabeza está más allá que acá, batiéndose en duelo con enanos de circo, mujeres tetudas y algún que otro alter ego. La sociedad dice que hay que escucharle, que hay que obedecer y ponerse en marcha, y a pesar de las evidencias, creen que esa decisión surge de ellos mismos. Igual tengo alma de vividor, o soy un soñador empedernido, pero quizás si girásemos en el sentido contrario al de las agujas del reloj, podríamos ir verdaderamente a corriente, a corriente de nosotros mismos, a corriente de nuestra vida.