jueves, 12 de julio de 2007

La mar de tullido, la mar de bien

Me resulta imposible dedicar ni siquiera una palabra a lo vivido estos días. Supongo que es algo que ahí queda, que nos acompañará hasta que la muerte
( o la demencia senil ) nos separe...
...grabado en la memoria de un tullido y en la de un perro mongol.
Gracias Pere.